Carta al pueblo navarro

Originalmente publicado en Cartas al Director del Diario de Navarra, el 8/1/2023

Querido pueblo navarro. Tengo la edad de los que hemos vivido los tiempos en los que una banda armada secuestraba, extorsionaba y asesinaba, a personas de distinta procedencia profesional, social y cultural. En el fondo, puede que les guiaran ideas que abrazaban la sin razón de que matar haría realidad el ansiado sueño de quienes les inspiraban y justificaban, sin cargar por ello con el peso de la pistola en las nucas

Esa dura y dañina realidad nos arrastro a una dinámica de miedo y silencio que nos atenazo durante muchos años, y en parte lo sigue haciendo. Se tradujo y se refleja hoy, en diversas conductas de convivencia-sobrevivencia con tan cruda realidad. Unos abrazaron la causa de la banda, como forma quizá de acallar el miedo: “me uno a los que matan para que no me maten”. Si bien en la mayoría de los casos, los humanos preferimos la armonía y la concordia, en ausencia de esta opción, en algunos casos nos mimetizamos con el agresor. Otros entendían que ninguna causa da derecho a arrebatar la vida a otra persona y cayendo en la indefensión aprendida, la otra cara del Síndrome, callaron y se instalaron en esa pasividad que desafortunadamente y en algún nivel, prevalece hoy. 

Buena parte del pueblo sigue parapetado y/o paralizado, preso en ambos casos de manifestaciones opuestas del mismo síndrome de Estocolmo. Todos con dificultades para analizar lo que acontece. Atados a ideas y miedos que vampirizan y anulan la voluntad genuina de cada uno de nosotros. Ideas y miedos que obnubilan e impiden la exploración necesaria  de las vivencias que nos permita encontrar la manera de evitar que las ideas destruyan nuestra convivencia como pueblo diverso, hermoso y poderoso. 

En este inicio de año, pedimos al pueblo navarro dejar de confundir la política y la ideología con la razón de nuestra existencia. Somos todos más fuertes y cabales si nuestro interés se orienta hacia una convivencia sana y permeable. Carece de sentido y de sensibilidad una confrontación que en el día a día sólo apunta hacia el enquistamiento de la división como forma de alimentar a quienes, quizá a su pesar, tienen dificultades para aceptar que las ideas pueden esclavizar. En contrapartida, afortunadamente y es importante que todos lo tengamos en cuenta, también las podemos liberar y sanar, y por tanto, desarrollar nuestra preciada libertad como seres humanos. 

Brindemos por el granito de arena que cada uno de nosotros podamos aportar en el día a día, para la definitiva salida personal y social del síndrome de Estocolmo. Cuestionemos, de forma permeable las ideas que merman nuestra claridad y nos dividen. Tejamos entre nosotros redes visibles e invisibles que nos ayuden a respetarnos y aceptarnos. Demostremos  que la superación conjunta de la confrontación y de esas manifestaciones opuestas de un síndrome que nos viene esclavizando de forma silenciosa y engañosa, durante tanto tiempo, es posible. Las grandes gestas resultan de pequeños gestos. 

Por un pueblo Navarro diverso, consciente y valiente! Feliz 2023, Urte Berri On. 

Imagen: Green Chameleon via Unsplash.

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