Príncipe o Princesa de Viana es el título que ostenta el heredero o heredera del Reino de Navarra. Carlos III el Noble fue el creador de este nombramiento para su nieto Carlos de Trastámara y Evreux (1421-61), hijo de Blanca de Navarra y Juan II de Aragón.
No es algo original del Noble, sino que ya era tradicional en Europa, como el Delfín de Vienne en Francia, Príncipe de Gales en Inglaterra, de Beira en Portugal y Orange en Holanda.
Además de este honor, también corresponde a los futuros monarcas españoles el Príncipe de Asturias (1388), de Gerona (1351) y Señor de Balaguer (1418) de la Corona de Aragón. El de Viana (1423), es el más tardío.
En las Capitulaciones matrimoniales de Carlos III, de 1419, se estipuló que los derechos a la Corona de Navarra pasarían a su muerte al hijo de Blanca y Juan. Si ella falleciera, el consorte Juan de Aragón debería abandonar Navarra, ya que un extranjero no tenía derecho a la sucesión sobre el reyno.
Sin embargo, al fallecimiento de Blanca, no se cumplió lo estipulado y surgieron revueltas que llevaron a Navarra a una guerra civil.
El documento del título a favor de Carlos está fechado en Tudela el 20 de enero de 1423, por lo que estamos celebrando este mes el 600 aniversario. El texto se inicia así: “Carlos, por la gracia de Dios, rey de Navarra… Hacemos saber que Nos por el paternal amor que debemos al infante D. Carlos, nuestro nieto, por la presente, dono y gracia especial las villas, castillos y lugares que a continuación se declaran”. Aquí cita 13 villas, 38 aldeas y 8 castillos, la mayoría de ellos en Tierra Estella, frontera con Castilla, excepto los señoríos de Corella, Cadreita, Cintruénigo y Peralta. Resalta que, según fuero y costumbre de dicho reyno, lo donado es indivisible, no podrá dar, vender, alienar o dividir. Los bienes quedarán adscritos a perpetuidad a la corona de Navarra.
Por el contrario, las rentas de las posesiones no llegaban a 3 mil libras (una libra equivale a 12 onzas), cuando los gastos de la Corona ascendían a 7 mil, incluso se duplicaron en 1436.
Carlos el Noble pretendía con este título otorgar al nieto una dignidad más elevada que la de sus padres y realzar su figura. Príncipe o Princesa de Viana fueron ostentando este honor sus hermanas Blanca y Leonor y, más tarde, Francisco Febo, Catalina de Foix), Ana de Albret, Juan y, finalmente, Enrique de Albret (1503-1555).
Con la incorporación de Navarra a Castilla (1512), el hermanastro de Carlos, Fernando el Católico, se proclamó rey de Aragón y Navarra, y se vinculó el título a Aragón, después a Castilla y, finalmente, a España. Viajaron a Navarra algunos príncipes españoles, como Felipe II y sucesores, pero con la obligación de jurar los Fueros por ellos mismos o por los virreyes, costumbre que perdura hasta el s.XIX. Las dinastías Albret y Borbón siguieron utilizando los títulos de rey de Navarra y príncipe de Viana, tanto en España como en Francia. Hoy ostenta el título Leonor de Borbón. La Constitución del 78 reconoce el título de Príncipe de Asturias, “así como los demás títulos vinculados tradicionalmente a la Corona de España”.
¿Qué ha pasado con el premio de la cultura en Navarra? ¿Por qué se ha devaluado, desde 2016? El premio Príncipe de Viana se instauró en 1990, con motivo del 50 aniversario del nacimiento de la Institución del mismo nombre (1940). La Institución nació para conservar el patrimonio y el cultivo de las bellas artes en Navarra.
El premio a la cultura de 1990 se creó, de modo específico, para expandir el dominio de la cultura, para distinguir trayectorias personales o colectivas que sobresalgan por su aportación a la sociedad, incluso en un plano internacional. Desde su nacimiento hasta 2015, dicho acto se ha realizado en el Monasterio de Leyre con la presencia de los reyes y príncipes, gracias al realce que el presidente Miguel Sanz dio en esos últimos años.
Sin embargo con las presidentas Barcos y Chivite, desde 2016, influenciadas por los nacionalismos y republicanos, el premio de cultura ha bajado peldaños, porque un premio no solo adquiere categoría por el personaje que lo recibe, sino también por la persona que lo da. Han querido ventilar de un plumazo, después de 33 años, la importancia y dignidad del título y se proponen denominarlo Premio Navarro de Cultura. Desde hace 7 años se ha trasladado a Olite, sin la presencia real.
Ya lo decía el humorista catalán El Perich: “El nacionalismo es creer que los humanos descendemos de distintas categorías de monos y solo la suya es de pedigrí. Ya nacen instruidos”.
Luis Landa El Busto es historiador y escritor.
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