El premio del servicio

Este artículo fue publicado originalmente el 8 de Diciembre en Diario de Navarra.

El próximo día 11 de Diciembre, a las 12, las principales organizaciones de la sociedad civil de Navarra han convocado una concentración ante la comandancia de la Guardia Civil, en Avenida de Galicia de Pamplona, para protestar contra la decisión de usar la Guardia Civil de Tráfico como pago del apoyo nacionalista a los presupuestos. Un rechazo que compartimos todas esas organizaciones, y muchísimos navarros, por muchas razones. Cada uno, supongo, por una combinación de motivos ligeramente diferente.

Unos sienten que es indigno ceder y dar lo que piden a los que durante años han respaldado asesinatos y siguen homenajeando a los criminales. Aquellos, que vender a los que nos defendieron de ellos es una enorme falta de agradecimiento. Otros, además, temen las consecuencias de esta deriva hacia fuerzas del orden más manipulables por intereses regionales. Hay muchos a los que molesta seriamente que una decisión de este tipo haya venido marcada por negociaciones del PNV y Bildu en Madrid, y no por decisiones del Parlamento de Navarra. Y por supuesto están los que piensan que la de Tráfico es una competencia recogida en la LORAFNA y que no pasa nada, pero aprecian a la Guardia Civil por su trabajo.

Sobre esto último, un breve apunte. Las competencias tienen dos niveles, y no es necesario tener un cuerpo de policía foral de tráfico para controlar el modo en que se gestiona en Navarra; varias comunidades la ejercen sin tenerlo. Y no hay ninguna buena razón para acumular competencias a mayor coste de los contribuyentes navarros: no es como si estuvieran mal gestionadas ahora. Pero todo eso son cuestiones para ese debate que no ha habido y ya no habrá.

Hoy sólo venía a decir que no se ríe quien quiere sino quien puede. Bildu, y el nacionalismo vasco en general, venden esta “expulsión” como un gran logro, una victoria, una humillación del enemigo. Pero sabemos que no es así.

Por un lado, la Guardia Civil no se va. Seguirá ahí, en el cuartel de Alsasua y en tantos puntos de nuestra Comunidad Foral donde es una garantía de los derechos de los navarros, y del propio Estado de Derecho. Seguirá ahí, además, en el agradecimiento y respeto de la gran mayoría. Para quitarnos de verdad a la Guardia Civil no les valdría un pacto a puerta cerrada con los radicales por un plato de lentejas.

Por otro, que las instituciones hayan podido vender la Guardia Civil de Tráfico es una consecuencia de la victoria, no de la derrota. Podemos decir, y es verdad, que el programa de los terroristas sigue vivo en sus brazos políticos, y que a ellos se les da trato de favor. Pero no es menos cierto que la sociedad española ha derrotado a ETA, gracias en gran parte a la Guardia Civil, que ha estado en primera línea y sigue vigilándola. Es verdad que queda miedo (a significarse, a oponerse) y es verdad que no hay completa libertad de opinión en demasiados lugares de Navarra, pero han acabado con el terrorismo, y eso es una victoria.

Como suele pasar tras una crisis, quien la resolvió recibe unas palmaditas en la espalda y se le manda a casa rápidamente, muchas veces para poder tratar a gusto con el antiguo enemigo. El premio del servicio es que el trabajo ha sido hecho, y (a veces pero no siempre) el agradecimiento de la gente. Muy pocas veces va unido el reconocimiento duradero de las instituciones. E incluso en esos casos, el desmantelamiento de las defensas es parte del “premio de la paz”.

Dicho de otro modo, que la Guardia Civil pueda ser hoy objeto de mercadeos por intereses partidistas es una señal de éxito, no de derrota ni de debilidad. Puede pasar solo porque la Guardia Civil ha ganado. Gracias a ese servicio (trabajo y sacrificio) la sociedad, o al menos sus dirigentes, se siente lo bastante segura como para dejar que los radicales y los nacionalistas se apunten una victoria vacía cara a sus votantes.

Y es una victoria vacía. Primero, porque a los únicos que derrotan es a los partidos y votantes navarros, privados de su derecho a decidir sobre sus propios asuntos.

Segundo, porque el trabajo de la Guardia Civil en Navarra sigue y seguirá. Y tercero, porque los ciudadanos de Navarra agradecemos ese trabajo. El que hacen hoy, el que seguirán haciendo mañana, y el que han hecho durante décadas interponiéndose físicamente entre nosotros y las bombas y balas de los que intentaban derribar la libertad.

El día 11 habrá gente en la Avenida de Galicia por muchas razones. Estas son las mías. ¿Cuáles son las tuyas?

Miguel Cornejo, presidente de Asociación Pompaelo.

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