Héroes y tumbas

Artículo publicado originalmente en Diario de Navarra el 24 de noviembre de 2022.

Cuando un país se desbarata para dar sentido a una traición, y ese país no hace nada para impedirlo, la traición es lo menos que merece.

«Libertad, Igualdad, Fraternidad» esos fueron los ideales de una revolución que cambió la historia de la Humanidad. «Manipulación, corrupción, y nepotismo», estos son los pasos dados por una élite de ineptos que destruirán a España. A una España displicente, incapaz de plantar cara a quienes quieren venderla al peso a cambio de unos favores que sólo benefician a esos pocos que no se sienten parte de ella.

Hay entendidos en política, entre los que no me encuentro; tan sólo soy parte de una sociedad civíl involucrada en mejorar una clase política que lleva mucho tiempo viviendo de espaldas a la realidad, a esa realidad que sólo afecta a quienes los mantienen, con sus votos, en esas alfombras rojas y coches oficiales, a esa parte de la población que sólo quiere que sus votos se utilicen para gestionar bien, para garantizar un futuro a sus hijos, y a los hijos de sus hijos, para dar, en definitiva, un resultado digno de unos servidores a España, y no de unos aprovechados que se quieren servir de ella. 

Como decía, hay entendidos en política que hablan de la existencia de dos figuras clave que marcan el destino de una nación. Por un lado se encuentran quienes anteponen el trabajo y esfuerzo a realizar para el beneficio de las futuras generaciones, y por otro están aquellos que no miran más allá de las siguientes elecciones que les darán la continuidad en el Poder. A unos se les ha dado en llamar «hombres de Estado», y a los otros no se bien como llamarlos, ¿cortoplacistas, quizá, mezquinos tal vez? No sé; lo que si sé es que ese tipo de sujetos nunca velarán por el interés general de una nación, más bien dedicarán todos sus esfuerzos en velar por intereses más particulares, más oscuros, pero sobre todo, nada beneficiosos para la defensa de ese interés general por el que se les otorgó una confianza en las urnas, que después sería traicionada. 

Decía Ortega y Gasset que «hay que estar a la altura de las circunstancias, y las presentes lo son para los hombres de Estado». Palabras estas que, dichas en la lejanía del tiempo, son ahora más importantes que nunca en una España carente de principios, y de objetivos dignos de considerarse pergeñados con visión de Estado, con altura de miras.

Somos rehenes de una caprichosa ruleta que te depara, ahora a unos, más tarde a los otros. Y que en este preciso momento de nuestra historia nos ha premiado con los otros. 

En esta piel de toro que nos alberga hemos disfrutado de unos y padecido a los otros. No voy a nombrar a ningún prohombre, que los ha habido, ni ha ninguno de los traidores, que también los hay. El lector leído ya sabrá quiénes son unos y quienes son los otros. Pero de lo que no me cabe la menor duda es de que, quienes están propiciando el desmantelamiento de la identidad de España, y de su integridad territorial, comprometiendo el futuro de un país soberano, esos, todos esos, pasarán a engrosar la lista ignominiosa de los traidores a España que un día se estudiará en los libros de Historia.

Manuel Moreno, miembro fundador de Asociación Pompaelo , y concejal por Cs en Berrioplano.

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