El pasado 28 de Febrero tuvimos ocasión de escuchar al profesor Ángel García-Sanz Marcotegui hablar de los liberales navarros, un tema sobre el que ahora mismo se puede ver una exposición en el Archivo de Navarra, pero del que cuesta encontrar más huellas a nuestro alrededor.
El liberalismo, con sus ideales de progreso, igualdad y libertad, ha sido conflictivo en Navarra ya desde Espoz y Mina (con su grito de «¡Constitución o muerte!» frente al absolutismo, o su intento de pronunciarse en Pamplona para derribarlo), percibido como anticlerical y enfrentado a los tradicionalismos, primero absolutista y luego carlista. Un enfrentamiento que fue con frecuencia armado y fratricida.
Siempre contó con un apoyo importante (desde las grandes ciudades hasta la «Confederación de Valles Liberales» del norte, pasando por las clases sociales oprimidas por el clasismo absolutista), ganó la guerra, ganó las elecciones (cuando los liberal conservadores convencieron a los votantes de que no eran antirreligiosos), y dio forma al Amejoramiento del Fuero de 1841… pero el imaginario colectivo actual sigue ignorándoles, identificando Navarra con su elemento más conservador, tradicional y carlista (hoy reivindicado hasta por los más incompatibles), y sospechando de la misma palabra «liberal». Los liberales navarros ganaron la guerra pero perdieron la historia.
Con el profesor, exploramos tanto la historia real de Navarra en el siglo XIX (muy diferente de como a veces se piensa en ella) como las raíces y el proceso de ese rechazo y esa eliminación de la memoria.