La resistencia afgana – Comunicado de Ahmed Masud

Reproducimos completo por su interés el comunicado emitido por Ahmed Masud tras la caída de Kabul, publicado en la revista francesa La Règle du Jeu (dirigida por Bernard Henry-Levi) y traducido por Teresa Freixes. Masud es un líder de la etnia tayika del norte del país, hijo de uno de los líderes que plantaron cara primero a los soviéticos y luego a los talibanes hasta ser asesinado por Al Qaeda. Su situación estratégica, lamentablemente, es mucho peor que la de su padre.

¡Pueblo afgano, queridos muyahidines, amigos de la libertad en todo el mundo!

La tiranía triunfa en Afganistán

La esclavitud comienza con ruido y furia.

Una espantosa venganza caerá sobre nuestro país martirizado.

Kabul ya está gimiendo.

Nuestra patria está encadenada.

¿Está todo perdido?

No.

Heredé de mi padre, el héroe nacional y comandante Massoud, su lucha por la libertad de los afganos.
Esta lucha ahora es mía, sin retorno.

Mis camaradas de armas y yo donaremos sangre, junto con todos los afganos libres que rechazan la servidumbre y a quienes llamo para que se unan a mí en nuestro bastión de Panjshir, que es la última región libre de nuestro moribundo país.

Les hablo a los afganos de todas las regiones y tribus y los invito a unirse a nosotros.

Les estoy hablando a ustedes, afganos más allá de nuestras fronteras que tienen a Afganistán en sus corazones, y quiero decirles que hay compatriotas aquí en Panjshir que no han perdido la esperanza.

Me dirijo a todos ustedes, en Francia, en Europa, en América, en el mundo árabe, en otros lugares, que nos han ayudado tanto en nuestra lucha por la libertad, contra los soviéticos en el pasado, contra los talibanes hace veinte años: ¿Ustedes van, queridos hermanos amigos de la libertad, a ayudarnos una vez más como en el pasado?

Nuestra confianza en vosotros es inmensa.

Los afganos somos como la Europa de 1940.

Excepto en Panjshir, la debacle se completa y el espíritu de colaboración con los talibanes comienza a enseñar a los vencidos que perdieron esta guerra por culpa de ellos.

Nos quedamos solos.

Nunca nos rendiremos.

Le cité a un amigo escritor francés, el día antes de la caída de Kabul, la sentencia de Winston Churchill prometiendo sangre y lágrimas.

Pienso hoy en la sentencia del general De Gaulle, tras la derrota de su ejército, de que Francia había perdido una batalla pero no la guerra.

Los afganos no perdimos una batalla porque Kabul no luchó.

Nuestros combatientes, viejos y jóvenes muyahidines, han vuelto a las armas aquí.

Únase a nosotros en espíritu o mediante apoyo directo.

Sed, amigos de la Libertad, tantos como sea posible a nuestro lado.

Juntos escribiremos una nueva página de la eterna resistencia de los oprimidos contra la tiranía.

Y, con la ayuda de Dios, venceremos.

(Imagen: valle del Panjshir, vía Wikipedia).