Plan de Coeducación: Adanismo, sexualización y propaganda mezclados con buenas palabras

El Gobierno de Navarra acaba de cerrar la fase de consulta ciudadana sobre la propuesta de un «Plan de Coeducación» de la consejería de Educación. La consulta ha recibido bastante atención, ya que supone la resurrección del notorio Programa SKOLAE que durante la legislatura anterior disparó las alarmas de gran parte de la población de Navarra al suponer una grave intromisión del activismo de género en los derechos de las familias sobre la educación de sus hijos, y sobre todo al proponer unos contenidos extremadamente discutibles desde muchos puntos de vista. Hasta el momento su implantación en los colegios ha sido parcial y tamizada por el buen juicio del profesorado.

No queremos entrar en más detalles sobre SKOLAE, porque ya ha sido muy debatido. A título de anécdota baste recordar que su fuerza impulsora no es un consenso profesional con el apoyo social necesario para tocar temas que afectan directamente a la educación en valores de los estudiantes de Navarra, sino una sexóloga de opiniones radicales, madre de una persona condenada por las agresiones intolerantes de Alsasua contra guardias civiles y sus parejas.

Este nuevo Plan envuelve el Programa en un lenguaje muy positivo y le dota de herramientas para impulsar su implantación por encima de los criterios de padres y profesores, bajo el camuflaje de la coeducación o educación en igualdad. En nuestra opinión, por tanto, no sólo mantiene el problema sino que lo agrava al crear una estructura de comisariado completamente impropia de un centro educativo, nociva en sí misma pero además susceptible de crear problemas aún mayores de politización de la educación, y añadir consignas basadas en posiciones ideológicas tratadas como dato contrastado.

Pompaelo ha presentado un breve comentario al Plan y estudia promover un grupo de trabajo de educadores y familias para impulsar actuaciones en esta materia. A continuación recogemos el texto del comentario:

Plan de Coeducación: Adanismo, sexualización y propaganda mezclados con buenas palabras

Al hilo del proceso de participación abierto sobre el Plan de Coeducación del Gobierno de Navarra, queremos hacer unas puntualizaciones y peticiones:

I. “Coeducación” no significa lo que el plan implica, e incluso el significado que le da el plan va variando de párrafo a párrafo. El texto y el plan mezclan los criterios perfectamente sanos y aceptados de una educación en igualdad entre los sexos con experimentos de sexualización temprana y análisis crítico basado en identidad de género, y con propaganda política contra males sociales para descalificar las opiniones de generaciones anteriores sin base en datos reales.

El mismo neologismo de la “identidad coeducadora” es una contradicción en términos. La coeducación precisamente parte de no sexualizar, no diferenciar las expectativas ni el trato educativo en función del sexo (o la orientación sexual).

II. Hacer obligatorios los contenidos del programa SKOLAE es ilegal e inconstitucional. Implica una sexualización de la educación desde una edad impropia. Tiene un impacto deformador al imponer un filtro de género sobre la realidad y las relaciones. SKOLAE específicamente (3.4.1) proyecta argumentos descalificatorios sobre las opiniones consideradas tradicionales o de otras generaciones sobre roles y orientaciones sexuales (usando además falacia de hombre de paja al atribuir esas ideas discriminatorias o esos “preceptos de género” a otras generaciones). Primar, exaltar o poner como referencia a personas que “rompen con los roles y estereotipos” equivale a descalificar las actitudes generales, y no está justificado cuando no implica una discriminación. Esto es, por diseño y por principio, contrario al precepto legal y constitucional (el artículo 27.3 de la CE garantiza el derecho de los padres a elegir la educación en valores que desean para sus hijos, y el artículo 14 de la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea defiende el derecho de los padres a garantizar la educación y la enseñanza de sus hijos de acuerdo a sus convicciones religiosas, filosóficas y pedagógicas) del respeto de las ideas de las familias en la educación.

III. Del mismo modo, la “concienciación” sobre las supuestas brechas de género actuales en diferentes terrenos sin apoyo en la realidad objetiva y medida por fuentes independientes supone, en base a los materiales vistos, un adoctrinamiento ideológico. Algo tan importante debe tratarse con la calidad debida, no con tópicos, y sin adanismo: la situación real de la sociedad española es la que es, y es de las más igualitarias del mundo desarrollado. Hasta el texto del plan proyecto una imagen que ya estaba obsoleta hace veinte años.

El plan asume conceptos como el “saber de las mujeres”. Nuevamente, una sexualización de las personas completamente discutible, en la medida que dicho “saber” diferenciado no tiene base objetiva, y su supuesta discriminación tampoco.

IV. Punto 3.4.4 Educación sexual y afectiva. Los planteamientos de SKOLAE ya conocidos implican una sexualización temprana muy contraria a los deseos y creencias de una gran parte de los padres y de las teorías educativas, y un cuestionamiento descalificatorio de los roles e identidades elegidos por la inmensa mayoría de las familias navarras. La normalización de la diversidad y la tolerancia requieren justamente lo contrario. De nuevo, la introducción de un supuesto “análisis crítico” sobre modelos de belleza y relaciones personales supone un adoctrinamiento sexual temprano, y el tratamiento de tópicos graves como la comercialización del sexo y la violencia sexual requieren una madurez de los niños que el plan no garantiza.

V. Punto 3.4.5 La prescripción de lenguaje sexualizado, contrario a las normas de la RAE y a los usos del lenguaje, no sólo deforma el idioma sino que refuerza la sexualización temprana, insistiendo en identidades de género cuando las mismas no están ni empezando a desarrollarse y causando confusión a todos los niveles. Los neologismos del lenguaje sexualizado no son oficiales y no tienen apoyo social, contraviniendo de nuevo los criterios que deben seguirse en la educación.

VI. Realidad y diversidad. El objetivo de “dar visibilidad” a todas las opciones, orientaciones y roles posibles supone deformar la realidad, presentándola como lo que no es. Una cosa es asegurar que se respetan todas las que existan y puedan existir, y otra cosa es engañar sobre cómo es realmente la sociedad. Una cosa es promover la igualdad y otra cosa es promover la diversidad.

VII. Biblioteca de aula. Prescribir que los libros disponibles “muestren una diversidad de estilos de vida igualitarios” pone el objetivo de transformación social por encima del resto de los objetivos de una institución cultural. El valor de una obra no reside en, ni está condicionado por, lo igualitario del trato dado a los estilos de vida: de hecho, conocer lo que ha sucedido a lo largo de la historia y las perspectivas que han existido exige conocer obras en las que esa diversidad no se ha considerado normal. Privar de esa perspectiva presenta como incuestionable una forma de ver el mundo estrictamente actual e impide formar verdadero espíritu crítico.

VIII. El uso de los recursos del programa SKOLAE se plantea como un criterio de calidad (que se mide y exige); demasiados de ellos no la tienen, ni reflejan prácticas o ideas con un mínimo apoyo social o familiar.

IX. Imposición de una ideología por la puerta de atrás. Distintos partidos han pedido que SKOLAE no sea obligatorio. El presente plan, y su obligatoriedad, parecen un modo de extender el programa por la vía del empoderamiento de personal de los centros afin a sus objetivos.

El mecanismo de formación y los mecanismos de revisión suponen dar una autoridad completamente indebida a un grupo de profesores autoseleccionado, que no refleja ni los deseos de los padres (con derecho legal a que se haga) ni los criterios del profesorado del centro, ni el consenso docente reconocido. Hacen posible un comisariado ideológico que no tiene lugar en un centro educativo.

X. En resumen, nos parece que bajo los mejores propósitos (educar en igualdad y tolerancia) se ha definido una herramienta de transformación de valores y criterios, y de adanización de los estudiantes (rompiendo su conexión con los valores y criterios de sus familias), con propósito de adoctrinamiento político. Esto nos parece no sólo inconveniente e inapropiado, sino ilegal.

Solicitamos por tanto que se eliminen las estructuras coercitivas implícitas en el plan, que se asegure que la decisión de implantar los contenidos de SKOLAE se hace sólo dependiente de los deseos explícitos de los padres, y de que se respetan los criterios de los docentes en su ejecución. Entendemos que eso sería sencillamente lo legal. Si los controvertidos contenidos del programa fueran sujetos a revisión independiente por expertos pedagogos (y expertos también en los temas sobre los que tratan), pensamos que esta iniciativa podría ser, como entendemos que pretende, una herramienta realmente valiosa para la sociedad y no un riesgo para los educandos.

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