Las Bardenas, Navarra y el Ejército español

Foto: La Comisión de Comunidad de Bardenas en su sede, ante las banderas de España y Navarra.

“Drácula teme al tiempo. Si no ¿por qué se apresura tanto?”, expresa Anthony Hopkins en la película, aunque no es literal de la novela.

Enrique Santiago, jefe del Partido Comunista, madrileño con acta de diputado por Córdoba, se ha posicionado en el Congreso contra la pequeña superficie ribera que emplean nuestras aeronaves militares. Se suma a los de igual condición por la Comunidad Autónoma Vasca, Aguirretxea Urresti (PNV) e Iñarritu García (EH Bildu). Además de representar comunidades diferentes a Navarra, desdeñan así a los diecinueve municipios, dos valles y un monasterio propietarios de Bardenas Reales. Sorprenden sus prisas, ya que no será hasta 2028 cuando toque renovar el contrato.

Los terrenos de prácticas castrenses, como las dehesas del campo bravo, suelen albergar mucha fauna silvestre. Y ocurre debido a que en ellos no se rotura, se caza ni edifica. Como los primeros han usado el subterfugio ecológico, conviene recordar las visitas de Santiago al chalet del vicepresidente Pablo Iglesias y la también miembro del ejecutivo Irene Montero, levantado sobre el Parque Protegido del Guadarrama incumpliendo las normativas que lo declaran Zona de Especial Conservación. La finca fue denunciada por numerosas asociaciones ecologistas. En cambio, las 2.244 hectáreas que impugnan están excluidas de los decretos forales sobre áreas de protección. De las 39.000 bardeneras restantes corresponden un 4,6% a Reserva Natural, un 2,6% declaradas Periféricas de Protección, y las demás, hasta las 42.000 ha, dedicadas a usos agrícolas, ganaderos o turísticos.

La ministra del ramo de Defensa, hace nada, declaraba en sede parlamentaria que el citado polígono no supone ningún riesgo “al no haber una aldea en veinte kilómetros a la redonda” y “que es imprescindible». Esto debiera tranquilizar a los integrantes de la Comunidad de Bardenas.

Respecto a las formaciones políticas citadas al inicio, baste observar las sucursales en Pamplona: quitaron el nombre a la Avenida del Ejército, piden el cierre de las instalaciones recreativo culturales militares o se oponen a cualquier actividad de las Fuerzas Armadas. Incluso han conseguido del PSOE que varios eficaces servicios de la Guardia Civil (Grupo de Rescate Especial e Intervención en Montaña, Tráfico…) tengan que abandonar Navarra. 

Y ahí radica el quid de la cuestión. Todos hemos visto cambiar al gobierno, y por las mismas bocas, de “la amnistía es anticonstitucional, jamás la concederemos” a “la concederemos porque es constitucional” [sic], sumados a muchos otros giros de 180º por subordinación a sus aliados. Los socios de Pedro Sánchez conocen su debilidad, se aprovechan y le sacan las entretelas. Claro que en tanto dure. ¿Temen al tiempo? ¿Por qué se apresuran tanto?

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